HISTORIA DE LA CONGREGACIÓN DE SAN FEDERICO DE MADRID

 



 

Corria el año 1.928 y procedente de Barcelona llega a Madrid el Médico militar D. Federico Ramos de Molins y con él la idea de organizar una asociación de tipo religioso para dar culto a San Federico, Obispo de Utrecht y mártir el año 834 en la región de Frigia (actual Holanda), similar a la existente en Barcelona creada en el año 1.879.

 

La asociación tiene el carácter de congregación religiosa y con ese apelativo permanece hasta nuestros dias cumpliendo los objetivos originarios en su fundación: objetivo religioso, dar culto colectivo al Santo Patrón; objeto moral, propiciar un estado de fraternidad y mutua correspondencia entre los asociados; objetivo material, socorrer a los congregantes que por los avatares de la vida no dispongan de recursos suficientes para sobrevivir.

 

Durante el segundo semestre de 1.928 y el año 1.929 se pone en marcha la Congregación, autorizada el 14 de Abril de 1.929 por el Obispo de Madrid Dr. D. Leopoldo Eijo y Garay e inscrita en la Dirección General de Seguridad el dia 18 del mismo mes, con un Presidente y fundador D. Federico Ramos de Molins y un número cercano a la veintena de socios.

 

El fundador era hijo de un General de Artillería, y estudia Medicina por mandato de su padre para aprobar las oposiciones de Médico-Militar que era su auténtica vocación. Profesor de la Escuela Superior de Guerra, desempeña varios cometidos publicando el libro del "Servicio de Sanidad de Campaña", aportando ingeniosas soluciones a los problemas planteados en la Guerra de Africa, donde permanece dos años. Ya en Madrid funda la Congregación de San Federico y contacta mediante el teléfono con todos los Federicos que venían listados en la guia telefónica.

 

El Arcipreste D. Federico Santa María Peña, que era a la sazón Párroco de Nuestra Señora del Carmen y San Luis de Madrid. Entusiasmado con la idea, acepta la Congregación en su Parroquia y coloca la imagen del Santo, regalada por el Presidente Ramos de Molins, en un altar situado en el crucero de la Iglesias, junto a la fachada que da a la calle del Carmen.

 

Alrededor de la Iglesia y de la imagen de San Federico, la Congregación crece rápidamente llegando al número de noventa y seis congregantes al año siguiente. La imagen fué tallada en Valencia, obra del congregante Federico Coullaut-Valera, escultor de gran categoria, y el altar lo hizo el no menos artista Federico Laorga Vega. Imagen y altar fueron destruidos en 1.936.

 

Ofrecida la Presidencia de Honor al Nuncio de su Santidad el Papa Pio XI en Madrid, Su Eminencia Monseñor Federico Tedeschini, la acepta inmediatamente y dada su condición de Decano del Cuerpo Diplomático y representante de Su Santidad, potencia aún más la actuación piadosa y conocimiento de la Congregación y los efectos se dejan sentir de inmediato en la Misa solemne que se celebra en honra de nuestro Santo Mártir Patrón, a la que asistió todos los años que permaneció en Madrid.

 

Primera época 1.929-1.936

 

En la primera Junta General Ordinaria, 4 de enero de 1.929, se eligió:

JUNTA DIRECTIVA

 - Presidentes de Honor:

 - Excmo. e Ilmo. Monseñor Federico Tedeschini, Nuncio Apostólico de su Santidad en España. - Excmo. Sr. D. Federico Berenguer y Fusté, Teniente General del Ejército.

 - Director Espiritual: D. Federico Santa Maria Peña, Cura Párroco de Nuestra

 Señora del Carmen y San Luis

 - Presidente: D. Federico Ramos de Molins. - Vicepresidente: D. Federico Santiago Iglesias.

 - Secretario: D. Federico Olmedo Montaner. - Vicesecretario: D. Federico Pérez y Fernández Chicarro.

 - contador: D. Federico Rubio Coello. - Tesorero: D. Federico Prados Ruiz. - Vocales: D. Federico Vigil Asensio.

 D. Federico Pérez Navarro

En ese mismo año, ingresa Federico Fernández de Heredia y del Pozo, Médico e llustre soltero matritense que con el tiempo batiria todos los "records" de servicio y participación en la Congregación, pues tenía entonces 22 años y a sus 94 sigue asistiendo a todos los actos religiosos, sociales y culturales que la Congregación organiza. Fué a través de un Fadrique -nombre propio que inicial y antiguamente usaban los que nos llamamos Federicos- que tenia un negocio cerca de su casa y en la que se alojaba un buen amigo de su familia como entró en la Congregación. De su lucidez y recuerdos hemos anotado algunos datos de esta historia para su permanencia en el tiempo.

 

EL CULTO

 El 18 de Julio, a las 8,30 h. se celebraba una Misa de comunión. Entonces era de precepto para poder Comulgar no haber ingerido, ni siquiera agua, desde las 12 de la noche del dia anterior, por eso la Misa tenía lugar a hora tan temprana. Después de la Misa de Comunión los congregantes y personas de su familia se reunian a desayunar en algún café cercano.

 

El 18 de Julio se celebraba el domingo más cercano (anterior ó posterior) y sobre las once horas la misa solemne con tres sacerdotes oficiantes, se orquestaba y cantaba con música de un congregante, a la que asistía el nuncio D. Federico Tedeschini y autoridades, algunos años el General Federico Berenguer hermano del que fuera Presidente de Gobierno D. Dámaso Berenguer Fusté.

 La asistencia, muy numerosa, cerca de setenta congregantes y muchas personas de su familia, era motivo de alegria y contacto entre todos los asistentes, que atendían a un edificante sermón a cargo de un sacerdote especialmente convocado para tal fin y que a veces se llamaba Federico, como ocurrió en 1.931 con el Reverendo Francisco Federico Curieses.

 Se establecía una mesa petitoria para allegar fondos destinados para realzar los cultos del Santo Patrono y estaba presidida por alguna esposa o hermana de los congregantes, generalmente de la Junta de Gobierno pasando las bolsas de petición de dinero las hijas de algún tocayo.

 

Al terminar la misa mayor y solemne se organizaba un magnifico cortejo por el interior de la Iglesia presidido por el Nuncio Monseñor Tedeschini, el Párroco, Santa Maria Peña y Autoridades civiles y eclesiásticas alli presentes. Se iniciaba con los monaguillos y la Cruz de guía seguida por los congregantes, con sus medallas al pecho, en dos filas. Al centro la Junta de Gobierno, el Estandarte de San Federico y detrás la imagen del mártir, que en unas andas ó parihuelas se había colocado y trasladado desde su propio Altar a un lateral del Altar Mayor.

 

Un ramillete de flores le daba realce y perfume. Detrás del Presidente de Honor Tedeschini, Párroco, General Berenguer y Presidente de la Congregación. Por último, fieles y familiares que hacian rebosar tan magnifico templo.

 

Finalizaba el acto con la imposición de medallas a los congregantes ingresados en el año y la bendición del Sr. Obispo y besamanos. En grupos y según las obligaciones y relaciones entre los congregantes se reunían a tomar unos aperitivos, pues la comida era familiar.

 

En el mes de Noviembre, otra celebración Eucarística, con tanta devoción y hasta más asistencia; esta vez por los Federicos difuntos. Una serie de responsos por los congregantes fallecidos daban por terminada la reunión.

 

Hubo hasta sana competencia, pues en la Parroquia de San Nicolás existía otra imagen, regalo de otro Federico, y decian alli otra Misa. Duraron estos actos dos ó tres años (1934-36) y luego desaparecieron.

 

Monseñor Federico Tedeschini, fué nombrado Cardenal y cesó como Nuncio Apostólico en Madrid. Con este motivo a continuación de la Misa de Julio de 1.935 y una vez terminados los actos el entonces Vicepresidente Federico Santander Ruiz Jiménez pronunció unas palabras agradeciendo a Monseñor Tedeschini su dificil actuación en España durante los años de Nunciatura (cambio de régimen en España, quema de Iglesias y conventos, revolución de Octubre de 1.934, etc.) y augurándole su elevación al Papado -el Papa entonces reinante que era Su Santidad Pio XI tenía una avanzada edad- y contestando el Cardenal Tedeschini declarandose indigno de tales honores y agradeciendo a la Congregación de San Federico su cariñosa despedida.

 

Los trágicos sucesos que se desencadenaron en España el dia 18 de Julio de 1.936, iban a producir una enorme fractura en todo el Estado y en el desarrollo de tan piadosos actos.

 

La Misa solemne del 19 de Julio de 1.936 tuvo lugar en un ambiente crispado y con reducida asistencia de congregantes. Ya se conocia en Madrid el Alzamiento del Ejército de Africa secundado el dia 18 por varias guarniciones peninsulares, aunque el 19 por la mañana no se conocía aún la actitud de la guarnición de Madrid. Ya habia comenzado, el 18 por la tarde, la entrega de armas a las organizaciones izquierdistas.

 

Según los recuerdos de Fernández de Heredia "predicó el eminente y afamado canónigo D. Diego Tortosa y terminados los actos sonaron disparos en la Puerta del Sol (donde estaba emplazado entonces el Ministerio de la Gobernación) y para salir a la calle todos lo hicieron por la calle de Tetuán. El Párroco Santamaría Peña aconsejó a Tortosa que esperara o que se quedara en su vivienda, dada la violencia que reinaba en las calles, contestando éste que no podía quedarse por tener que predicar por la tarde en un convento de mojas situado por los Atochares y tener que pasar antes por su casa añadiendo "Dios nos protegerá y San Federico velará por nosotros", -"No creo que nos pase nada"- contestó Santamaría.

 

D. Diego Tortosa, que vivía por la calle del Olivar, murió transtornado durante la contienda, por los sufrimientos que tuvo que soportar en aquel Madrid despedazado por el horror.

 

D. Federico Santamaría Peña fué asesinado en Aravaca por la horda enloquecida; apareció colgado de un árbol, abierto en canal y con un cartel ignominioso colgado del cuello.

 

Vale/ A estas desgracias precedió la de la muerte del fundador Ramos de Molins el 28 de Diciembre de 1.935, de un ataque al corazón. Se celebró una misa de réquiem, a la que asistieron muchísimos tocayos y amigos. Fué llorado por todos.

 

Vacante la presidencia, en Junta Extraordinaria fué nombrado Presidente D. Federico Santander Ruiz-Jiménez, reputado periodista y "charlista", que era a la sazón Vicepresidente.

 

También fué asesinado en zona republicana a los pocos días de haberse iniciado el Alzamiento.

 

Segunda época: 1.936 - 1.956

 

Con los acontecimientos de la Guerra Civil y sobre todo por las circunstancias que concurrieron en la de 1.936-1.939, afectaron profundamente a la Congregación.

La imagen del Santo Patrono desapareció quemada en uno de los saqueos y profanaciones que sufrió el templo del Carmen asi como la documentación de la Congregación, destruida por el Secretario.

La persecución a los signos católicos y el terror desencadenado por el régimen "rojo"; hizo que todo el mundo destruyera las estampas y documentos relacionados con asociaciones religiosas, perdiéndose el contacto entre los Federicos que, por otra parte, muchos habian desaparecido o cambiado de residencia.

 


En 1.940, un encuentro casual entre los Federicos Olmedo Montaner y Pérez Fernández-Chicarro (en 1936 Secretario y Vicesecretario respectivamente) les decidió a reconstruir la Congregación. Hay que destacar que Olmedo si bien habia destruido la documentación, había tenido el valor de conservar los troqueles de las medallas de San Federico, que reproducen la imagen del Santo quemada en 1.936 y que actualmente siguen utilizándose por la Congregación.

 

También había conservado Olmedo un ejemplar de la "Misa propia de San Federico" que había sido editada por la Congregación. Por mediación de Monseñor Tedeschini, Su Santidad Pío XI había aprobado el texto el 18 de Diciembre de 1.929 y autorizado su celebración el domingo más próximo (anterior o posterior) al 18 de Julio.

 

Por esas fechas, al desescombrar para reconstruir el coro de la Iglesia del Carmen, apareció el manuscrito de la música que para la misa antes citada habia compuesto para órgano, coros y orquesta, un Federico y que era interpretada en las Misas solemnes y que el 19 de Julio de 1.936, después de la celebración, habia quedado en los atriles del coro.

 

Basándose en recuerdos y tras una búsqueda incesante incluso entre Federicos que antes no eran miembros de la Congregación, logran conectar con muchos Federicos. Para realizar los trámites necesarios Olmedo y Fernández-Chicarro se hacen cargo de la Secretaria y Tesoreria de la incipiente y renacida Congregación y encargan a un escultor de Zaragoza una nueva imagen del Santo, tallada en madera, estofada y policromada, que es la actualmente expuesta al culto, y que pudo ser realizada tras vencer por todos los medios la carencia de fondos de la renaciente Congregación, gracias a la respuesta generosa de todos los Federicos contactados.

 

En el año 1.941 se coloca la nueva imagen en una hornacina de una capilla lateral la de la Epistola de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y se celebra Junta General siendo nombrado Presidente Olmedo Montaner y Secretario Pérez Fernández-Chicarro. Se confecciona una relación, mecanografiada, de los congregantes que llegan al número de setenta. Se restablecen las misas de todos los dias 18. La solemne del 18 de Julio pasa a celebrarse siempre este día, que entonces tenía carácter de Fiesta Nacional. La de difuntos el 18 de Noviembre. Es a destacar la disposición por la que se admite como congregantes a todos los bautizados "Federico", sin pago de cuota hasta los diez años de edad.

 

Reanudados los cultos, el 18 de Julio se celebraban dos misas, una a las 9 de la mañana, era de Comunión (ya se han mencionado antes los motivos), a la que asistían pocos congregantes, que finalizada ésta, se reunían en el desaparecido Café Varela a desayunar, donde despuntaba la amenidad ingeniosa y fantástico verbo de Garcia Sanchiz, charlista, de vocación y profesión, que se autotitulaba "El pobrecito hablador", que accede a la Presidencia en 1.942, al fallecer Olmedo Montaner. Llegada la hora de la misa solemne, se unían al grueso de los tocayos que acudian en mayor número. Oficiaba el Párroco con dos sacerdotes más y el panegirico del Santo era motivo de alabanzas, pues se contrataba a los predicadores más encumbrados de la diócesis. La mesa petitoria funciona desde el principio y la procesión de la imagen que se desarrollaba por dentro del templo, para caer en desuso antes de 1.950. Todas las misas solemnes eran cantadas hasta los años sesenta, en que se pierde esa costumbre porque en general comienzan los años de la secularización y con ellos la caida en las manifestaciones religiosas hacia 1.970 unido a las dificultades económicas de la Congregación. No obstante siguen las acciones de fraternidad y ayuda a los congregantes necesitados y entre otras muchas acciones, todas tapadas por el manto anónimo de la generosidad, cabe recordar, aunque es muy anterior, el reconocimiento y asistencia médica a un tocayo enfermo y necesitado que nuestro fundador atendió durante el invierno de 1.934, al que viendo su necesidad en una de sus visitas le cedió su abrigo, para que se protegiera del frio en su propia vivienda.

 

En 1.954, por renuncia de Garcia Sanchiz, por enfermedad, pasa a ser Presidente Federico Moreno Torroba que en 1.956 renunciará por idéntico motivo. También en 1.956 Curt Amérigo llega al cargo de Presidente pero tan sólo durante seis meses renunciando al mismo. Se nombró en ese mandato a Federico Garcia Sanchiz, Presidente honorifico.

 

Tercera época: 1.957-1977

 

Una de las caracteristicas de esta época es el esplendor de la Cofradía, sin llegar a los actos espectaculares de los primeros años, que alcanza el conocimiento de la sociedad de Madrid, un mayor número de asociados, y la mayor participación de los mismos extendiéndose también al resto de las provincias del Estado español, excepto Cataluña, si bien en Barcelona hay actualmente cinco congregantes. Barcelona ya tenía su "Ilustre Societat de San Frederic", en el templo "dels Sants Just y Pastor", asi como una hermosa imagen en la Basilica de Monserrat.

 

La otra característica del periodo es que se busca una sede religiosa para nuestra imagen y nuestro culto al no tener altar propio y particular en el Carmen.

 

Organización:

 

El Presidente y el Secretario, Sres. Federico Romero y Saráchaga y Federico López Morales van a dar en este periodo su trabajo, ideas e ilusiones para engrandecer la Congregación y lo van a conseguir gracias a la Junta en general y a su afán en particular.

 

Al final de la historia de la Congregación aparece el Anexo de las Juntas de Gobierno desde el año 1.957. Todos sus componentes colaboran fervorosa - generosamente por la Congregación, pero es de justicia destacar a los que según la documentación existente más influyeron en que ésta siguiera adelante.

 

Se instituye una comida previa a la reunión de la Junta General que e obligatoria para todos los componentes de la Junta de Gobierno y a la qu asisten además una decena de congregantes y amigos de la asociación.

 

Se contrata a un eminente predicador para ensalzar las virtudes y el carisma de nuestro Santo Patrono, en todas las misas solemnes del 18 de Julio.

 

Se celebran solemnes Triduos en honor del Santo, durante 4 años (1958-1961) además de las misas rezadas todos los 18 de cada mes y la misa de difuntos en Noviembre.

 

Confección y aprobación de Estatutos.

Se aprueba la confección de un estandarte y restauración de la imagen.

 

Se aumenta el número congregantes llegando al número máximo en el año 1.973 a 139 congregantes, en Madrid y 35 en provincias, total 174.

 

Se propone la creación de una Peña de los Federicos, como una rama cultural de la Congregación para desarrollar actividades de esa indole y recabar fondos para el culto.

 

Proposición de un viaje a Roma con el ánimo peregrino para saludar a su Santidad y que bendiga el Estandarte, el Cardenal y socio fundador Cardenal Tedeschini.

 

La Peña de los Federicos:

 

Con la intención de dar otra dimensión a la Congregación de San Federico, en 1.958 se fundó, por iniciativa de Federico Romero Saráchaga, la Peña de los Federicos. La máxima aspiración era organizar actos sociales y culturales que tuvieran a algún Federico como fondo.

 

Por mi parentesco con Federico Romero vivi los prolegómenos de la fundación y asisti con él a las reuniones que se realizaron a tal efecto. Las primeras se llevaron a cabo, a principios de 1.958, en el domicilio de Federico Garcia Sanchiz, a quien Romero Saráchaga ofreció la presidencia de la Peña. La Junta Directiva quedó constituida de la siguiente manera:

 

Presidente: Garcia Sanchiz

 Vicepresidentes Muelas y Sáinz de Robles (padre) Secretario: Romero Sarachaga

 Vicesecretario: Sánchez Aguilar

 

Se acordó que la Peña se reuniera los viernes, después del almuerzo, en los bajos del Café Riesgo, en la calle de Alcalá. Y se acordaron una serie de actos encaminados a exaltar a Federicos famosos.

 

La presentación en sociedad de la Peña tuvo lugar en el Teatro de La Zarzuela, en un homenaje al compositor Federico Chueca. García Sanchíz dió una charla en la que glosó la personalidad del músico y explicó los objetivos de la Peña.

 

Pocos meses después, Romero Saráchaga pronunció una conferencia en el salón de actos de la Torre de los Lujanes con el titulo de "Los Fadriques, nuestros abuelos".

 

Pero aquello, pese al entusiasmo de Romero Saráchaga, principalmente, Muelas, Sainz de Robles y Tomás Borrás -que aunque no se llamaba Federico, por amistad con los miembros de la Junta Directiva, se solidarizó con la causa-, no prosperó. A la tertulia del Riesgo apenas iba nadie y, a los pocos meses, Romero Sarachaga planteó -en una de las tertulias del Café Riesgo en la que estaban presentes los de siempre, es decir, Muelas, Sainz de Robles, Borrás y Sánchez Aguilar- planteó su disolución, casi se acords.

 

El culto:

 

Siendo la acción principal el culto a San Federico merece destacar el desarrollo del mismo en las diferentes épocas.

 

Continuando con las misas rezadas mensuales, se efectúan triduos los años 1.957 al 1.961, durante el mes de Junio. Con este motivo se creó el himno a San Federico con letra del Presidente Romero Sarachaga y música de Moreno Torroba (ex-Presidente), que cantó el coro de la penitencial de San Francisco el Grande, dirigidos por el maestro Garmendia, en dos ocasiones. Para dar mayor realce, que resultó brillantísimo en los cuatro años de su celebración, el órgano fué tocado por Jesús Guridi, interviniendo en algunas partes de tan solemne acto, el tenor Sánchez Cano.

 

A estos actos se procura dar divulgación en los medios de comunicación de Madrid y enviaba representación el Ayuntamiento en la persona del Teniente Alcalde Sr. Santos Pareja y otros; además cedía unos sillones para las Autoridades.

 

La predicación del Triduo fué a cargo de D. Doroteo Fernández Ruiz y en los actos del 18 de Julio la homilia del Santo fué a cargo del Carmelita Descalzo Fray Atanasio (Párroco Sagrado Corazón).

 

En el año 1.958 y con motivo de los 25 años de permanecer en el purpurado se celebró un solemne Te Deum en acción de Gracias por haberlo alcanzado

 

Las misas solemnes del 18 de Julio, que desde 1.937 era Fiesta Nacional, se celebran con el mismo esplendor que en la primera época, si bien a medida que avanza ésta y debido a que se alarga la jornada de trabajo y además se institucionaliza el derecho a las vacaciones de verano, decae la asistencia fuertemente al finalizar el mismo. Hecha abstracción del entrañable carácter familiar de la onomástica.

 

Hasta el año 1.972 la Junta de Gobierno invitaba a un predicador para la misa del 18 de Julio, cuestión ésta que desaparece al año siguiente por traslado de la Congregación a la nueva Parroquia de San Federico, al no existir constancia de dicha invitación y por la evolución social ya comentada.

 

Monseñor Tedeschini

 

La coincidencia de su nombre y su estancia en Madrid, como Nuncio de Su Santidad, cuando Federico Ramos de Molins crea la Congregación, le va a vincular a ésta para el resto de su vida.

 

Amigo personal del Papa Pio XI, se marcha de Madrid en 1.935, después de asistir a los actos religiosos de la Congregación durante 7 años, desde su fundación, y sigue desde Roma los avatares de la Congregación.

 

Durante una visita a España, en la segunda decena del mes de Octubre de 1.951, fué saludado por los miembros de la Junta Directiva, a quienes reiteró su recuerdo y cariño a la Congregación.

 

Cuando le comunican el Te Deum celebrado en acción de gracias en 1.958, y la petición de mediación ante la Curia para tratar de obtener una Reliquia del Santo, responde de forma inmediata y él hace todas las gestiones para que llegue la misma con un expositorio de metal dorado, regalado por él y una acreditación expedida por la Santa Sede de la autenticidad de la Reliquia, enmarcada, a su cargo. Llegó tan importantísima donación el 16 de Julio de 1.959, dia de Nuestra Señora del Carmen, ofreciéndose a la veneración de los congregantes y público en general en los actos de San Federico, a los dos días, por vez primera.

 

Con ellos, llegaba una comunicación en la que agradecía la amistad y las oraciones de toda la Congregación y esperaba con ilusión la peregrinación a Roma con el Lábaro ó Estandarte de la misma.

 

Pero enfermo y de edad avanzada, falleció el 2 de Noviembre de ese mismo año, Monseñor Hildebrando Antoniutti, a la sazón Nuncio de su Santidad en Madrid y que nos había honrado con la asistencia al Te Deum, presidió las honras fúnebres que en misa de solemne funeral a la una de la tarde del día 14 del citado mes, sufragó la Congregación de San Federico.

 

El viaje a Roma se aplazó "sine die", y el Estandarte se guardó en la Parroquia, en el estuche que el Tesorero Laorga Vega donó a tal fin.

 

El expositor fué restaurado y plateado en 1.991 por el congregante Ruiperez Pérez, con todos los gastos a su cargo.

 

Lugar de culto, Los cambios.

 

Se ha citado, al comienzo de la Historia de la Congregación, que también la feliz coincidencia de que el Párroco de la Iglesia del Carmen, se llamara Federico, hizo que en tan céntrico templo se ubicara la Congregación. Pero habria que resaltar que su espíritu de trabajo, su ilusión por encumbrar tan piadosa idea, su sentido eclesiástico y ecuménico, hiciera que, en muy poco tiempo, gozaran los actos religiosos de tanta pompa y esplendor. Federico Santamaria Peña fué uno de los mártires de la Guerra Civil, pues según antes hicimos contar fué asesinado, colgado de un árbol y abierto en canal con un letrero en su pecho que intentaba equiparar a los sacerdotes con los animales de las dehesas salmantinas.

 

A él le siguieron otro párrocos que acogieron a la Congregación como una asociación suya, un apéndice de la Parroquia que había que cuidar y fortalecer, pues en el año 1.971, la predicación en los actos del 18 de Julio corren a cargo del Párroco del Carmen D. Manuel Junta Osuna, pero celebrado en otra Parroquia, y no se puede olvidar que durante más de 37 años hasta el traslado a otra Parroquia, la Junta General la presidía el director espiritual de la Congregación y Párroco de la Iglesia del Carmen y San Luis. Ya en 1.957 se sugiere la idea de trasladar la Congregación y la imagen del Santo a otra Iglesia por no disponer de un altar particular para la imagen y culto de la misma y no ser posible encontrar lugar adecuado en la Iglesia del Carmen.

 

Pero esto se considera y se aprueba en Junta General posterior, al tener conocimiento la Junta de Gobierno de que la Curia Diocesana de la Archidiócesis de Madrid, de la que era titular D. Casimiro Morcillo, había establecido una Parroquia bajo la advocación de San Federico, encargando de ella a D Arturo Garcia. Al local (provisional) ubicado en un bajo comercial de una enorme colonia de inmuebles, propia del desarrollismo de Madrid, en la zona de la Dehesa de la Villa, acudió llena de ilusión la Junta en pleno invitada expresamente por el Obispo auxiliar Dr. D. Angel Morta que bendijo el templo provisional y colocación de la primera piedra del nuevo Templo el 19 de Diciembre de 1.965.

 

En el año 1.969 se inaugura la nueva y definitiva Parroquia de San Federico, el 16 de Noviembre en la calle Alcalde Martin Alzaga, de la Dehesa de la Villa En la Junta General del año siguiente, 11 Junio 1970, se aprueba por los presentes y a propuesta del Tesorero Sr. Diaz Guinea solicitar del Obispado de Madrid el 12 traslado canónico de la Congregación a la nueva Iglesia. Pero se reserva tan importante decisión a una Junta General Extraordinaria posterior que se celebrará en 18 de Noviembre de 1.970.

 

Aprobando en ella el traslado propuesto, el Presidente Sr. Muelas y Pérez de Santa Coloma, lo solicita del Obispado de Madrid-Alcalá en el mes de Diciembre de 1.970. Fué concedido dicho traslado canónico por Monseñor Casimiro Morcillo González el 20 de Febrero de 1.971.

 

En la primera Junta General celebrada en la nueva Parroquia de San Federico el 18 de Noviembre de 1.971 se solicita lugar para la colocación de la imagen del Santo y un armario para archivar y conservar la documentación de la Congregación.

 

Ambas peticiones fueron eludidas por el Párroco, a la sazón D. Carlos Martin González, alegando que la nueva Iglesia, de estilo moderno, solo tenia el Altar Mayor y en él sólo debía haber el crucifijo que ya estaba instalado.

 

La acción pastoral no concordaba con el sentir de la Congregación y ninguna de la ideas que se le ofrecieron a D. Carlos fueron llevadas a efecto. Se propone la confección de un medallón para instalarlo en la Iglesia, aprobado en 1.973 y se ofrece a realizarlo el Sr. Laorga Vega, sin que fuera del agrado del Párroco. Las celebraciones religiosas decayeron, cuando no se celebraron por el titular por haber cesado como Párroco, siendo sustituido por el coadjutor (1.975).

 

Todo lo anterior y la escasa asistencia de los congregantes a los actos por estar situada a 7 km. del centro y en la zona noroeste, mal comunicada entonces, empujan a la Junta a tomar la decisión de volver al antiguo templo del Carmen y San Luis como desde sus comienzos y donde permanecía la imagen del Santo, circunstancia que es aprobada en la reunión general del 17 de Junio de 1.977, y ya se celebra en dicha Parroquia la misa previa a la Junta.

 

Además de los acuerdos de suma importancia que se acaban de detallar se aprobaron otros muchos que organizaron la vida de la Congregación durante estos veinte años de la tercera época.

 

Los actos religiosos se incrementan con la celebración de un Triduo los años ya citados. Hubo una misa los días 18 de cada mes, que se cambia a los domingos terceros para que aumentase la asistencia, y luego desaparece en 1.980.

 

El invitar a todos los nacidos bautizados con el nombre de nuestro Santo Patrono a ingresar en la Congregación sin pago de cuota en los 10 primeros años de su vida, suponía recabar los informes en las Parroquias y tuvo un efecto nudo (1956).

 

Hasta 1.952 no se aprueba la idea de imprimir una relación de todos los congregantes con sus datos y profesiones, domicilios, teléfonos, etc., junto con el Reglamento para que hubiera mayor conocimiento mutuo. Se reanuda en 1.970 a propuesta del Sr. Fernández Montes y se lleva a cabo al año siguiente.

 

Los primeros cultos en la Parroquia de San Federico fueron el 18 de Julio de 1.971 y se regaló a todos un libro con la misa propia de San Federico. Con el fallecimiento del Secretario López Morales en 1.973 tras 16 años en el cargo cambia necesariamente el rumbo y la velocidad de la vida de la Congregación pues es el puesto fundamental para coordinar a la Junta, motivar a todos y desarrollar las ideas que se aprueben. López Morales fué un entusiasta y an enamorado de la Congregación y la muerte le sorprende con los sobres hechos para llamar a Junta General, que se hacía en el mes de Junio, y para la misa de difuntos en Noviembre. El presentia algo antes del 20 de Febrero que murió y queria que todo se celebrara con la misma ilusión y esplendor que siempre. Le sucede como Secretario el Vice-Secretario Sr. Fernández Montes.

 

En 1.974 se brinda la idea de conectar con "personas u Organismos de la Patria de origen de nuestro Santo Patrono" sin más detalles y se estudiará. Se pide que las Juntas se hagan por la noche ante el alargamiento de la jornada laboral. Se lleva a cabo en 1.976.

 

Baja notablemente desde 1.972 la expresión religiosa de la Congregación y coincide con el traslado a la Parroquia de San Federico en la Dehesa de la Villa, que entonces carecía de coro y órgano. No hay predicadores, ni invitados ni pagados, el párroco ó el coadjutor hacen una sentida homilia durante la misa rezada y la asistencia decae.

 

El Presidente Sainz de Robles se encarga de establecer contactos con la Congregación hermana de Barcelona al tomar posesión de su cargo en 1.975 y tener previsto una estancia en Barcelona, pero los resultados son escasos, salvo el caso del Sr. Cura de la Basilica de los Santos Justo y Pastor, sede de la llustre Societat de San Fréderic.

 

Desde el año 1.974 se envía una hoja informativa a los congregantes que confecciona el Secretario Sr. Fernández Montes con los acaecimientos sociales, culturales y profesionales más destacados de los miembros de la Congregación. Es muy bien acogida por todos los miembros..

 

Se impulsa la colocación del medallón en la Parroquia de San Federico aprobándose el boceto presentado por el Sr. Laorga. Ante la negativa de instalar el medallón, por parte del Párroco, y a pesar de tener el modelo en barro, y habiendo publicado este señor artículos en revistas apoyando a los objetores de conciencia, intervenciones de seglares contestatarios en la misa del 18 de Julio y otras actividades de apostolado que no encajan con el sentir religioso de la Congregación, en la Junta ya citada del 17 de Junio de 1.977 celebrada en casa del Presidente se decidió por unanimidad de los presentes el retorno a la antigua sede parroquial.

Se insertan gacetillas en los principales periódicos de tirada nacional, anunciando los actos de la Congregación.

 

Cuarta época: 1.978-1.993

 

La principal caracteristica de esta época es la falta de asistencia a los actos de la Congregación y el descenso paulatino de los miembros de la misma. En todos los actos se sugieren formulas para recuperar las pérdidas por fallecimientos y mantener la participación que ya decrece hasta en los miembros de la Junta de Gobierno.

 

A medida que transcurre la década de los 80 esta tendencia se acrecienta apoyada en la complicación de la vida de la capital de España, la desaparición del 18 de Julio como Fiesta Nacional y las prisas, las distancias, iguales pero muy alargadas por el lento tráfico rodado, la inseguridad en las calles y un acusado sentir social cada vez más alejado de lo religioso, que hace se oculten, se desprecien o se olviden las manifestaciones en este campo.

 

La vuelta a la Iglesia de siempre, a la céntrica y conocida Parroquia del Carmen y San Luis, se hace sin esperar a la autorización episcopal, con satisfacción de todos y con el beneplácito del párroco de la misma D. Manuel Junta Osuna, que celebra los cultos religiosos con recogimiento y piedad, exaltando en tan dignos actos la figura acendrada de nuestro mártir y Obispo San Federico.

 

El altar, o mejor la homacina donde permanece la imagen (que nunca se llegó a trasladar a la Parroquia de San Federico en la calle Alcalde Rodriguez Alzaga) se llena de flores y de candelabros encendidos en las fechas del 18 de Julio y Noviembre facilitados por la Congregación.

 

Las Juntas Generales se celebran por la mañana, a pesar de que se pide que se hagan por la tarde, con el fin de que asistan más congregantes que los miembros de la Junta, cuya asistencia es obligatoria (dos veces por la noche), pero no disculpa que los actos del 18 de Julio se vayan reduciendo a una misa y a una oración frente a la imagen de San Federico con menos de la docena de congregantes, la mayoria de los años. Igual ocurre con los actos de difuntos del mes de Noviembre. En el año 1.992 asisten siete congregantes y simpatizantes. No se invita a ningún predicador desde el año 1.972 y en los años noventa no se admite la intención de la Congregación en las misas del 18 de Julio y Noviembre. Y no es porque la Congregación en las misas del 18 de Julio y Noviembre. Y no es porque la Secretaria no funcione, que lo hace muy bien con el Boletin Informativo de los Federicos, ni los constantes envios de gacetillas a los periódicos, las puntuales convocatorias, a veces malogradas por los retrasos del Correo, e incluso, a pesar de los cuantiosos gastos del banco depositario, el constante aumento de los fondos económicos de la Congregación, No: es ue hoy se denosta lo religioso, aunque sea tomado de una forma ponderada y simpática como es la actividad de nuestra querida Congregación y habrá que esperar y combatir con la fé en la victoria el ateismo pasota que nos invade.

 

La vida de estos quince años que ya pasaron de la cuarta época de la Congregación viene reflejada en los apuntes que siguen. Y no hay que desanimarse y hay que emplear las mismas armas que el enemigo, más la fé inquebrantable en la protección de nuestro maravilloso Patrono, maestro de la predicación de la fidelidad conyugal, que hará llegar a buen puerto nuestra intrépida Congregación que va camino de los 65 años.

 

Notas destacadas

 

En 1.979, se acuerda reservar las misas del 18 de Julio y 18 de Noviembre para las intenciones de la Congregación.

 

El Vocal Sr. Fernández de la Puente muere en Agosto de 1.978. Muy sentida fué su muerte por la caballerosidad y enorme simpatia de este gran amigo de la Congregación que fué un animador de todas las reuniones y actos varios en que participó con sus juegos de manos, como hábil prestigitador que era, y sus chistes.

 

En 1.980 se confecciona un diploma o pergamino para todos los socios fundadores supervivientes al cumplirse los 50 años de la Congregación. En un solemne acto se les hizo entrega a los Sres. Beigdeber Atienza; Fernández Heredia y Pozo; Pérez y Fernández-Chicarro, Santiago Hodsson y Larrarte Martinez, únicos que poseían tales condiciones en tal fecha, ó sea, cinco congregantes que quedaban con vida de los 83 iniciales al fundarse la Congregación.

 

Congregante después de muerto:

 

Un titulo que por sí solo es noticia y mueve a la curiosidad. D. Federico Quintero Carballo, era marino mercante y enterado de la existencia de la Congregación de Madrid, donde vivia su hermana, esperó unos años, ya que su trabajo no le permitía una residencia fija, salvo los periodos de vacaciones. Enfermó y con 51 años murió en 1.982. Pero su hermana cumplió con una voluntad suya y donaba una apreciable cantidad de dinero para ser congregante y para culto de San Federico (1.982).

 

Se distribuye el texto de la Conferencia "Los Fadriques nuestros abuelos" que en 1.958 el Sr. Romero Saráchaga, Presidente a la sazón de la Congregación pronunció en Madrid durante la breve vida de la "Peña de los Federicos".

 

Algunas señoras viudas de Federicos congregantes han seguido contribuyendo y han pedido la admisión como recuerdo de sus queridos esposos, cuestión ésta aprobada en Junta con carácter excepcional y por primera vez a favor de la viuda de García Sanchiz. Otras congregantes, han sido D" Teresa Pérez Camarero, viuda de Martinez Greciano, y la hija de Fernández Palomo.

 

En 1.983 se actualiza el Catálogo de los miembros de la Congregación y se sube la cuota a 500 Ptas./año.

 

Los actos de difuntos que la Congregación celebra en el mes de Noviembre a partir del año 1.984 se realizan no sólo por los congregantes fallecidos en el año, sino por todos los Federicos y Federicas fallecidos ese año en territorio español.

 

Llega a conocimiento de la Junta la existencia de una asociación de Federicos en Burgos de la que se ocupa Federico Santamaría amigo de Trillo-Figueroa Vázquez.

 

Se acuerda que la Reliquia del Santo que fué recogida de la Nunciatura en 1.959 por Pérez Fernández-Chicarro, que la custodió hasta 1.986, esté en casa de otros congregantes durante algún tiempo, pasando a la tutela de Federico Ruiperez en 1.986 y actualmente en depósito de Tejedor González-Dávila.

 

Se propone que en lo posible se invite a los actos a Federicos no congregantes, para que la conozcan y así estimular a que se hagan miembros de la Congregación.

 

Ya en 1.988 se celebra la Junta General Ordinaria por la noche y se utiliza la Gran Peña para celebrar posteriormente una cena de hermandad a la que asisten 17 congregantes con la satisfacción de los presentes.

 

Los actos eucaristicos en la década de los noventa y coincidiendo con la llegada al arziprestazgo del nuevo Parroco del Carmen y San Luis, y bajo el punto de vista de la Congregación no pueden ser más penosos. El Párroco no quiere admitir una limosna para que las misas de las 20 h. del dia 18 de Julio y del 18 de Noviembre se apliquen por las intenciones de la Congregación insistiendo en que se fué de la Parroquia en 1.971, y si en cambio, en el momento recuerda a una piadosa señora, que tiene pagadas mismas por décadas, a las 20 h. los días 18 de todos los meses del año. Se trabaja en varias ocasiones para resolver las dificultades presentadas y se comienzan las gestiones para el regreso canónico de la Congregación de la Parroquia del Carmen y San Luis.

 

Pero no todas son situaciones negativas y en los últimos años en la festividad de San Federico posiblemente no haya templo en Madrid más iluminado y más profusamente adornado con centenares de flores, por celebrar la Parroquia dos días antes la festividad de Nuestra Señora del Carmen, bajo cuya colaboración se encuentra.

 

Gracias a numerosas gestiones personales del Secretario Fernández Montes se ha iscrito a la Congregación en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia después de las correspondientes gestiones en el Arzobispado de Madrid y en la Conferencia Episcopal española. Esto ha dado lugar a que se plantee la confección de unos nuevos Estatutos, que se han aprobado en 16 de Junio de 1.992. con ello se ha obtenido el número de Identificación Fiscal de la Hacienda Pública para efectuar todos los movimientos económicos y financieros que la Congregación realiza con asiduidad (recibir fondos, donaciones, expedir recibos de cuotas, etc...) y tener cuentas de crédito y depósito de dinero en cualquier entidad bancaria.

 

Con la entrada en el nuevo siglo, continúa la hermandad de los congregantes y el culto a nuestro Santo Patrono, con la dirección del Parroco del la Iglesia del Carmen, Rvdo. D. Roberto López Montero, y adaptados a las nuevas exigencias electrónicas y de redes sociales en Twitter e Instagram.