Corria el año 1.928 y
procedente de Barcelona llega a Madrid el Médico militar D. Federico Ramos de
Molins y con él la idea de organizar una asociación de tipo religioso para dar
culto a San Federico, Obispo de Utrecht y mártir el año 834 en la región de Frigia
(actual Holanda), similar a la existente en Barcelona creada en el año 1.879.
La asociación tiene el
carácter de congregación religiosa y con ese apelativo permanece hasta nuestros
dias cumpliendo los objetivos originarios en su fundación: objetivo religioso,
dar culto colectivo al Santo Patrón; objeto moral, propiciar un estado de
fraternidad y mutua correspondencia entre los asociados; objetivo material,
socorrer a los congregantes que por los avatares de la vida no dispongan de
recursos suficientes para sobrevivir.
Durante el segundo
semestre de 1.928 y el año 1.929 se pone en marcha la Congregación, autorizada
el 14 de Abril de 1.929 por el Obispo de Madrid Dr. D. Leopoldo Eijo y Garay e
inscrita en la Dirección General de Seguridad el dia 18 del mismo mes, con un
Presidente y fundador D. Federico Ramos de Molins y un número cercano a la
veintena de socios.
El fundador era hijo
de un General de Artillería, y estudia Medicina por mandato de su padre para
aprobar las oposiciones de Médico-Militar que era su auténtica vocación.
Profesor de la Escuela Superior de Guerra, desempeña varios cometidos
publicando el libro del "Servicio de Sanidad de Campaña", aportando
ingeniosas soluciones a los problemas planteados en la Guerra de Africa, donde
permanece dos años. Ya en Madrid funda la Congregación de San Federico y
contacta mediante el teléfono con todos los Federicos que venían listados en la
guia telefónica.
El Arcipreste D.
Federico Santa María Peña, que era a la sazón Párroco de Nuestra Señora del
Carmen y San Luis de Madrid. Entusiasmado con la idea, acepta la Congregación
en su Parroquia y coloca la imagen del Santo, regalada por el Presidente Ramos
de Molins, en un altar situado en el crucero de la Iglesias, junto a la fachada
que da a la calle del Carmen.
Alrededor de la
Iglesia y de la imagen de San Federico, la Congregación crece rápidamente llegando al número de noventa y seis
congregantes al año siguiente. La imagen fué tallada en Valencia, obra del
congregante Federico Coullaut-Valera, escultor de gran categoria, y el altar lo
hizo el no menos artista Federico Laorga Vega. Imagen y altar fueron destruidos
en 1.936.
Ofrecida la
Presidencia de Honor al Nuncio de su Santidad el Papa Pio XI en Madrid, Su
Eminencia Monseñor Federico Tedeschini, la acepta inmediatamente y dada su
condición de Decano del Cuerpo Diplomático y representante de Su Santidad,
potencia aún más la actuación piadosa y conocimiento de la Congregación y los
efectos se dejan sentir de inmediato en la Misa solemne que se celebra en honra
de nuestro Santo Mártir Patrón, a la que asistió todos los años que permaneció
en Madrid.
Primera época
1.929-1.936
En la primera Junta
General Ordinaria, 4 de enero de 1.929, se eligió:
JUNTA DIRECTIVA
En ese mismo año,
ingresa Federico Fernández de Heredia y del Pozo, Médico e llustre soltero
matritense que con el tiempo batiria todos los "records" de servicio y
participación en la Congregación, pues tenía entonces 22 años y a sus 94 sigue
asistiendo a todos los actos religiosos, sociales y culturales que la
Congregación organiza. Fué a través de un Fadrique -nombre propio que inicial y
antiguamente usaban los que nos llamamos Federicos- que tenia un negocio cerca
de su casa y en la que se alojaba un buen amigo de su familia como entró en la
Congregación. De su lucidez y recuerdos hemos anotado algunos datos de esta
historia para su permanencia en el tiempo.
EL CULTO
El 18 de Julio se
celebraba el domingo más cercano (anterior ó posterior) y sobre las once horas
la misa solemne con tres sacerdotes oficiantes, se orquestaba y cantaba con
música de un congregante, a la que asistía el nuncio D. Federico Tedeschini y
autoridades, algunos años el General Federico Berenguer hermano del que fuera
Presidente de Gobierno D. Dámaso Berenguer Fusté.
Al terminar la misa
mayor y solemne se organizaba un magnifico cortejo por el interior de la
Iglesia presidido por el Nuncio Monseñor Tedeschini, el Párroco, Santa Maria
Peña y Autoridades civiles y eclesiásticas alli presentes. Se iniciaba con los
monaguillos y la Cruz de guía seguida por los congregantes, con sus medallas al
pecho, en dos filas. Al centro la Junta de Gobierno, el Estandarte de San
Federico y detrás la imagen del mártir, que en unas andas ó parihuelas se había
colocado y trasladado desde su propio Altar a un lateral del Altar Mayor.
Un ramillete de flores
le daba realce y perfume. Detrás del Presidente de Honor Tedeschini, Párroco,
General Berenguer y Presidente de la Congregación. Por último, fieles y
familiares que hacian rebosar tan magnifico templo.
Finalizaba el acto con
la imposición de medallas a los congregantes ingresados en el año y la
bendición del Sr. Obispo y besamanos. En grupos y según las obligaciones y relaciones
entre los congregantes se reunían a tomar unos aperitivos, pues la comida era
familiar.
En el mes de
Noviembre, otra celebración Eucarística, con tanta devoción y hasta más
asistencia; esta vez por los Federicos difuntos. Una serie de responsos por los
congregantes fallecidos daban por terminada la reunión.
Hubo hasta sana
competencia, pues en la Parroquia de San Nicolás existía otra imagen, regalo de
otro Federico, y decian alli otra Misa. Duraron estos actos dos ó tres años
(1934-36) y luego desaparecieron.
Monseñor Federico
Tedeschini, fué nombrado Cardenal y cesó como Nuncio Apostólico en Madrid. Con
este motivo a continuación de la Misa de Julio de 1.935 y una vez terminados
los actos el entonces Vicepresidente Federico Santander Ruiz Jiménez pronunció
unas palabras agradeciendo a Monseñor Tedeschini su dificil actuación en España
durante los años de Nunciatura (cambio de régimen en España, quema de Iglesias
y conventos, revolución de Octubre de 1.934, etc.) y augurándole su elevación al
Papado -el Papa entonces reinante que era Su Santidad Pio XI tenía una avanzada
edad- y contestando el Cardenal Tedeschini declarandose indigno de tales
honores y agradeciendo a la Congregación de San Federico su cariñosa despedida.
Los trágicos sucesos
que se desencadenaron en España el dia 18 de Julio de 1.936, iban a producir
una enorme fractura en todo el Estado y en el desarrollo de tan piadosos actos.
La Misa solemne del 19
de Julio de 1.936 tuvo lugar en un ambiente crispado y con reducida asistencia
de congregantes. Ya se conocia en Madrid el Alzamiento del Ejército de Africa
secundado el dia 18 por varias guarniciones peninsulares, aunque el 19 por la
mañana no se conocía aún la actitud de la guarnición de Madrid. Ya habia
comenzado, el 18 por la tarde, la entrega de armas a las organizaciones
izquierdistas.
Según los recuerdos de
Fernández de Heredia "predicó el eminente y afamado canónigo D. Diego
Tortosa y terminados los actos sonaron disparos en la Puerta del Sol (donde
estaba emplazado entonces el Ministerio de la Gobernación) y para salir a la
calle todos lo hicieron por la calle de Tetuán. El Párroco Santamaría Peña
aconsejó a Tortosa que esperara o que se quedara en su vivienda, dada la
violencia que reinaba en las calles, contestando éste que no podía quedarse por
tener que predicar por la tarde en un convento de mojas situado por los
Atochares y tener que pasar antes por su casa añadiendo "Dios nos
protegerá y San Federico velará por nosotros", -"No creo que nos pase
nada"- contestó Santamaría.
D. Diego Tortosa, que
vivía por la calle del Olivar, murió transtornado durante la contienda, por los
sufrimientos que tuvo que soportar en aquel Madrid despedazado por el horror.
D. Federico Santamaría
Peña fué asesinado en Aravaca por la horda enloquecida; apareció colgado de un
árbol, abierto en canal y con un cartel ignominioso colgado del cuello.
Vale/ A estas
desgracias precedió la de la muerte del fundador Ramos de Molins el 28 de
Diciembre de 1.935, de un ataque al corazón. Se celebró una misa de réquiem, a
la que asistieron muchísimos tocayos y amigos. Fué llorado por todos.
Vacante la presidencia,
en Junta Extraordinaria fué nombrado Presidente D. Federico Santander
Ruiz-Jiménez, reputado periodista y "charlista", que era a la sazón
Vicepresidente.
También fué asesinado
en zona republicana a los pocos días de haberse iniciado el Alzamiento.
Segunda época: 1.936 -
1.956
Con los
acontecimientos de la Guerra Civil y sobre todo por las circunstancias que
concurrieron en la de 1.936-1.939, afectaron profundamente a la Congregación.
La imagen del Santo
Patrono desapareció quemada en uno de los saqueos y profanaciones que sufrió el
templo del Carmen asi como la documentación de la Congregación, destruida por
el Secretario.
La persecución a los
signos católicos y el terror desencadenado por el régimen "rojo";
hizo que todo el mundo destruyera las estampas y documentos relacionados con
asociaciones religiosas, perdiéndose el contacto entre los Federicos que, por
otra parte, muchos habian desaparecido o cambiado de residencia.
En 1.940, un encuentro
casual entre los Federicos Olmedo Montaner y Pérez Fernández-Chicarro (en 1936
Secretario y Vicesecretario respectivamente) les decidió a reconstruir la
Congregación. Hay que destacar que Olmedo si bien habia destruido la
documentación, había tenido el valor de conservar los troqueles de las medallas
de San Federico, que reproducen la imagen del Santo quemada en 1.936 y que
actualmente siguen utilizándose por la Congregación.
También había
conservado Olmedo un ejemplar de la "Misa propia de San Federico" que
había sido editada por la Congregación. Por mediación de Monseñor Tedeschini,
Su Santidad Pío XI había aprobado el texto el 18 de Diciembre de 1.929 y
autorizado su celebración el domingo más próximo (anterior o posterior) al 18
de Julio.
Por esas fechas, al
desescombrar para reconstruir el coro de la Iglesia del Carmen, apareció el
manuscrito de la música que para la misa antes citada habia compuesto para
órgano, coros y orquesta, un Federico y que era interpretada en las Misas
solemnes y que el 19 de Julio de 1.936, después de la celebración, habia
quedado en los atriles del coro.
Basándose en recuerdos
y tras una búsqueda incesante incluso entre Federicos que antes no eran
miembros de la Congregación, logran conectar con muchos Federicos. Para
realizar los trámites necesarios Olmedo y Fernández-Chicarro se hacen cargo de
la Secretaria y Tesoreria de la incipiente y renacida Congregación y encargan a
un escultor de Zaragoza una nueva imagen del Santo, tallada en madera, estofada
y policromada, que es la actualmente expuesta al culto, y que pudo ser
realizada tras vencer por todos los medios la carencia de fondos de la
renaciente Congregación, gracias a la respuesta generosa de todos los Federicos
contactados.
En el año 1.941 se
coloca la nueva imagen en una hornacina de una capilla lateral la de la
Epistola de la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen y se celebra Junta General
siendo nombrado Presidente Olmedo Montaner y Secretario Pérez
Fernández-Chicarro. Se confecciona una relación, mecanografiada, de los
congregantes que llegan al número de setenta. Se restablecen las misas de todos
los dias 18. La solemne del 18 de Julio pasa a celebrarse siempre este día, que
entonces tenía carácter de Fiesta Nacional. La de difuntos el 18 de Noviembre.
Es a destacar la disposición por la que se admite como congregantes a todos los
bautizados "Federico", sin pago de cuota hasta los diez años de edad.
Reanudados los cultos,
el 18 de Julio se celebraban dos misas, una a las 9 de la mañana, era de
Comunión (ya se han mencionado antes los motivos), a la que asistían pocos
congregantes, que finalizada ésta, se reunían en el desaparecido Café Varela a
desayunar, donde despuntaba la amenidad ingeniosa y fantástico verbo de Garcia
Sanchiz, charlista, de vocación y profesión, que se autotitulaba "El
pobrecito hablador", que accede a la Presidencia en 1.942, al fallecer
Olmedo Montaner. Llegada la hora de la misa solemne, se unían al grueso de los
tocayos que acudian en mayor número. Oficiaba el Párroco con dos sacerdotes más
y el panegirico del Santo era motivo de alabanzas, pues se contrataba a los
predicadores más encumbrados de la diócesis. La mesa petitoria funciona desde
el principio y la procesión de la imagen que se desarrollaba por dentro del
templo, para caer en desuso antes de 1.950. Todas las misas solemnes eran
cantadas hasta los años sesenta, en que se pierde esa costumbre porque en
general comienzan los años de la secularización y con ellos la caida en las
manifestaciones religiosas hacia 1.970 unido a las dificultades económicas de
la Congregación. No obstante siguen las acciones de fraternidad y ayuda a los
congregantes necesitados y entre otras muchas acciones, todas tapadas por el
manto anónimo de la generosidad, cabe recordar, aunque es muy anterior, el
reconocimiento y asistencia médica a un tocayo enfermo y necesitado que nuestro
fundador atendió durante el invierno de 1.934, al que viendo su necesidad en
una de sus visitas le cedió su abrigo, para que se protegiera del frio en su
propia vivienda.
En 1.954, por renuncia
de Garcia Sanchiz, por enfermedad, pasa a ser Presidente Federico Moreno
Torroba que en 1.956 renunciará por idéntico motivo. También en 1.956 Curt
Amérigo llega al cargo de Presidente pero tan sólo durante seis meses
renunciando al mismo. Se nombró en ese mandato a Federico Garcia Sanchiz,
Presidente honorifico.
Tercera época:
1.957-1977
Una de las
caracteristicas de esta época es el esplendor de la Cofradía, sin llegar a los
actos espectaculares de los primeros años, que alcanza el conocimiento de la
sociedad de Madrid, un mayor número de asociados, y la mayor participación de
los mismos extendiéndose también al resto de las provincias del Estado español,
excepto Cataluña, si bien en Barcelona hay actualmente cinco congregantes.
Barcelona ya tenía su "Ilustre Societat de San Frederic", en el
templo "dels Sants Just y Pastor", asi como una hermosa imagen en la
Basilica de Monserrat.
La otra característica
del periodo es que se busca una sede religiosa para nuestra imagen y nuestro
culto al no tener altar propio y particular en el Carmen.
Organización:
El Presidente y el
Secretario, Sres. Federico Romero y Saráchaga y Federico López Morales van a
dar en este periodo su trabajo, ideas e ilusiones para engrandecer la
Congregación y lo van a conseguir gracias a la Junta en general y a su afán en
particular.
Al final de la
historia de la Congregación aparece el Anexo de las Juntas de Gobierno desde el
año 1.957. Todos sus componentes colaboran fervorosa - generosamente por la
Congregación, pero es de justicia destacar a los que según la documentación
existente más influyeron en que ésta siguiera adelante.
Se instituye una
comida previa a la reunión de la Junta General que e obligatoria para todos los
componentes de la Junta de Gobierno y a la qu asisten además una decena de
congregantes y amigos de la asociación.
Se contrata a un
eminente predicador para ensalzar las virtudes y el carisma de nuestro Santo
Patrono, en todas las misas solemnes del 18 de Julio.
Se celebran solemnes
Triduos en honor del Santo, durante 4 años (1958-1961) además de las misas
rezadas todos los 18 de cada mes y la misa de difuntos en Noviembre.
Confección y aprobación de Estatutos.
Se aprueba la
confección de un estandarte y restauración de la imagen.
Se aumenta el número
congregantes llegando al número máximo en el año 1.973 a 139 congregantes, en
Madrid y 35 en provincias, total 174.
Se propone la creación
de una Peña de los Federicos, como una rama cultural de la Congregación para
desarrollar actividades de esa indole y recabar fondos para el culto.
Proposición de un
viaje a Roma con el ánimo peregrino para saludar a su Santidad y que bendiga el
Estandarte, el Cardenal y socio fundador Cardenal Tedeschini.
La Peña de los
Federicos:
Con la intención de
dar otra dimensión a la Congregación de San Federico, en 1.958 se fundó, por
iniciativa de Federico Romero Saráchaga, la Peña de los Federicos. La máxima
aspiración era organizar actos sociales y culturales que tuvieran a algún
Federico como fondo.
Por mi parentesco con
Federico Romero vivi los prolegómenos de la fundación y asisti con él a las
reuniones que se realizaron a tal efecto. Las primeras se llevaron a cabo, a
principios de 1.958, en el domicilio de Federico Garcia Sanchiz, a quien Romero
Saráchaga ofreció la presidencia de la Peña. La Junta Directiva quedó
constituida de la siguiente manera:
Presidente: Garcia
Sanchiz
Se acordó que la Peña
se reuniera los viernes, después del almuerzo, en los bajos del Café Riesgo, en
la calle de Alcalá. Y se acordaron una serie de actos encaminados a exaltar a
Federicos famosos.
La presentación en
sociedad de la Peña tuvo lugar en el Teatro de La Zarzuela, en un homenaje al
compositor Federico Chueca. García Sanchíz dió una charla en la que glosó la
personalidad del músico y explicó los objetivos de la Peña.
Pocos meses después,
Romero Saráchaga pronunció una conferencia en el salón de actos de la Torre de
los Lujanes con el titulo de "Los Fadriques, nuestros abuelos".
Pero aquello, pese al
entusiasmo de Romero Saráchaga, principalmente, Muelas, Sainz de Robles y Tomás
Borrás -que aunque no se llamaba Federico, por amistad con los miembros de la
Junta Directiva, se solidarizó con la causa-, no prosperó. A la tertulia del
Riesgo apenas iba nadie y, a los pocos meses, Romero Sarachaga planteó -en una
de las tertulias del Café Riesgo en la que estaban presentes los de siempre, es
decir, Muelas, Sainz de Robles, Borrás y Sánchez Aguilar- planteó su
disolución, casi se acords.
El culto:
Siendo la acción
principal el culto a San Federico merece destacar el desarrollo del mismo en
las diferentes épocas.
Continuando con las
misas rezadas mensuales, se efectúan triduos los años 1.957 al 1.961, durante
el mes de Junio. Con este motivo se creó el himno a San Federico con letra del
Presidente Romero Sarachaga y música de Moreno Torroba (ex-Presidente), que
cantó el coro de la penitencial de San Francisco el Grande, dirigidos por el
maestro Garmendia, en dos ocasiones. Para dar mayor realce, que resultó
brillantísimo en los cuatro años de su celebración, el órgano fué tocado por
Jesús Guridi, interviniendo en algunas partes de tan solemne acto, el tenor
Sánchez Cano.
A estos actos se
procura dar divulgación en los medios de comunicación de Madrid y enviaba
representación el Ayuntamiento en la persona del Teniente Alcalde Sr. Santos
Pareja y otros; además cedía unos sillones para las Autoridades.
La predicación del
Triduo fué a cargo de D. Doroteo Fernández Ruiz y en los actos del 18 de Julio
la homilia del Santo fué a cargo del Carmelita Descalzo Fray Atanasio (Párroco
Sagrado Corazón).
En el año 1.958 y con
motivo de los 25 años de permanecer en el purpurado se celebró un solemne Te
Deum en acción de Gracias por haberlo alcanzado
Las misas solemnes del
18 de Julio, que desde 1.937 era Fiesta Nacional, se celebran con el mismo
esplendor que en la primera época, si bien a medida que avanza ésta y debido a
que se alarga la jornada de trabajo y además se institucionaliza el derecho a
las vacaciones de verano, decae la asistencia fuertemente al finalizar el
mismo. Hecha abstracción del entrañable carácter familiar de la onomástica.
Hasta el año 1.972 la
Junta de Gobierno invitaba a un predicador para la misa del 18 de Julio,
cuestión ésta que desaparece al año siguiente por traslado de la Congregación a
la nueva Parroquia de San Federico, al no existir constancia de dicha
invitación y por la evolución social ya comentada.
Monseñor Tedeschini
La coincidencia de su
nombre y su estancia en Madrid, como Nuncio de Su Santidad, cuando Federico
Ramos de Molins crea la Congregación, le va a vincular a ésta para el resto de
su vida.
Amigo personal del
Papa Pio XI, se marcha de Madrid en 1.935, después de asistir a los actos
religiosos de la Congregación durante 7 años, desde su fundación, y sigue desde
Roma los avatares de la Congregación.
Durante una visita a
España, en la segunda decena del mes de Octubre de 1.951, fué saludado por los
miembros de la Junta Directiva, a quienes reiteró su recuerdo y cariño a la
Congregación.
Cuando le comunican el
Te Deum celebrado en acción de gracias en 1.958, y la petición de mediación
ante la Curia para tratar de obtener una Reliquia del Santo, responde de forma
inmediata y él hace todas las gestiones para que llegue la misma con un
expositorio de metal dorado, regalado por él y una acreditación expedida por la
Santa Sede de la autenticidad de la Reliquia, enmarcada, a su cargo. Llegó tan
importantísima donación el 16 de Julio de 1.959, dia de Nuestra Señora del
Carmen, ofreciéndose a la veneración de los congregantes y público en general
en los actos de San Federico, a los dos días, por vez primera.
Con ellos, llegaba una
comunicación en la que agradecía la amistad y las oraciones de toda la
Congregación y esperaba con ilusión la peregrinación a Roma con el Lábaro ó
Estandarte de la misma.
Pero enfermo y de edad
avanzada, falleció el 2 de Noviembre de ese mismo año, Monseñor Hildebrando
Antoniutti, a la sazón Nuncio de su Santidad en Madrid y que nos había honrado
con la asistencia al Te Deum, presidió las honras fúnebres que en misa de
solemne funeral a la una de la tarde del día 14 del citado mes, sufragó la
Congregación de San Federico.
El viaje a Roma se
aplazó "sine die", y el Estandarte se guardó en la Parroquia, en el
estuche que el Tesorero Laorga Vega donó a tal fin.
El expositor fué
restaurado y plateado en 1.991 por el congregante Ruiperez Pérez, con todos los
gastos a su cargo.
Lugar de culto, Los
cambios.
Se ha citado, al
comienzo de la Historia de la Congregación, que también la feliz coincidencia
de que el Párroco de la Iglesia del Carmen, se llamara Federico, hizo que en
tan céntrico templo se ubicara la Congregación. Pero habria que resaltar que su
espíritu de trabajo, su ilusión por encumbrar tan piadosa idea, su sentido
eclesiástico y ecuménico, hiciera que, en muy poco tiempo, gozaran los actos
religiosos de tanta pompa y esplendor. Federico Santamaria Peña fué uno de los
mártires de la Guerra Civil, pues según antes hicimos contar fué asesinado,
colgado de un árbol y abierto en canal con un letrero en su pecho que intentaba
equiparar a los sacerdotes con los animales de las dehesas salmantinas.
A él le siguieron otro
párrocos que acogieron a la Congregación como una asociación suya, un apéndice
de la Parroquia que había que cuidar y fortalecer, pues en el año 1.971, la
predicación en los actos del 18 de Julio corren a cargo del Párroco del Carmen
D. Manuel Junta Osuna, pero celebrado en otra Parroquia, y no se puede olvidar
que durante más de 37 años hasta el traslado a otra Parroquia, la Junta General
la presidía el director espiritual de la Congregación y Párroco de la Iglesia
del Carmen y San Luis. Ya en 1.957 se sugiere la idea de trasladar la Congregación
y la imagen del Santo a otra Iglesia por no disponer de un altar particular
para la imagen y culto de la misma y no ser posible encontrar lugar adecuado en
la Iglesia del Carmen.
Pero esto se considera
y se aprueba en Junta General posterior, al tener conocimiento la Junta de
Gobierno de que la Curia Diocesana de la Archidiócesis de Madrid, de la que era
titular D. Casimiro Morcillo, había establecido una Parroquia bajo la advocación
de San Federico, encargando de ella a D Arturo Garcia. Al local (provisional)
ubicado en un bajo comercial de una enorme colonia de inmuebles, propia del
desarrollismo de Madrid, en la zona de la Dehesa de la Villa, acudió llena de
ilusión la Junta en pleno invitada expresamente por el Obispo auxiliar Dr. D.
Angel Morta que bendijo el templo provisional y colocación de la primera piedra
del nuevo Templo el 19 de Diciembre de 1.965.
En el año 1.969 se
inaugura la nueva y definitiva Parroquia de San Federico, el 16 de Noviembre en
la calle Alcalde Martin Alzaga, de la Dehesa de la Villa En la Junta General
del año siguiente, 11 Junio 1970, se aprueba por los presentes y a propuesta
del Tesorero Sr. Diaz Guinea solicitar del Obispado de Madrid el 12 traslado
canónico de la Congregación a la nueva Iglesia. Pero se reserva tan importante
decisión a una Junta General Extraordinaria posterior que se celebrará en 18 de
Noviembre de 1.970.
Aprobando en ella el
traslado propuesto, el Presidente Sr. Muelas y Pérez de Santa Coloma, lo
solicita del Obispado de Madrid-Alcalá en el mes de Diciembre de 1.970. Fué
concedido dicho traslado canónico por Monseñor Casimiro Morcillo González el 20
de Febrero de 1.971.
En la primera Junta
General celebrada en la nueva Parroquia de San Federico el 18 de Noviembre de
1.971 se solicita lugar para la colocación de la imagen del Santo y un armario
para archivar y conservar la documentación de la Congregación.
Ambas peticiones
fueron eludidas por el Párroco, a la sazón D. Carlos Martin González, alegando
que la nueva Iglesia, de estilo moderno, solo tenia el Altar Mayor y en él sólo
debía haber el crucifijo que ya estaba instalado.
La acción pastoral no
concordaba con el sentir de la Congregación y ninguna de la ideas que se le
ofrecieron a D. Carlos fueron llevadas a efecto. Se propone la confección de un
medallón para instalarlo en la Iglesia, aprobado en 1.973 y se ofrece a
realizarlo el Sr. Laorga Vega, sin que fuera del agrado del Párroco. Las
celebraciones religiosas decayeron, cuando no se celebraron por el titular por
haber cesado como Párroco, siendo sustituido por el coadjutor (1.975).
Todo lo anterior y la escasa asistencia de los congregantes a los actos por estar situada a 7 km. del centro y en la zona noroeste, mal comunicada entonces, empujan a la Junta a tomar la decisión de volver al antiguo templo del Carmen y San Luis como desde sus comienzos y donde permanecía la imagen del Santo, circunstancia que es aprobada en la reunión general del 17 de Junio de 1.977, y ya se celebra en dicha Parroquia la misa previa a la Junta.
Además de los acuerdos
de suma importancia que se acaban de detallar se aprobaron otros muchos que
organizaron la vida de la Congregación durante estos veinte años de la tercera
época.
Los actos religiosos
se incrementan con la celebración de un Triduo los años ya citados. Hubo una
misa los días 18 de cada mes, que se cambia a los domingos terceros para que
aumentase la asistencia, y luego desaparece en 1.980.
El invitar a todos los
nacidos bautizados con el nombre de nuestro Santo Patrono a ingresar en la
Congregación sin pago de cuota en los 10 primeros años de su vida, suponía
recabar los informes en las Parroquias y tuvo un efecto nudo (1956).
Hasta 1.952 no se
aprueba la idea de imprimir una relación de todos los congregantes con sus
datos y profesiones, domicilios, teléfonos, etc., junto con el Reglamento para
que hubiera mayor conocimiento mutuo. Se reanuda en 1.970 a propuesta del Sr.
Fernández Montes y se lleva a cabo al año siguiente.
Los primeros cultos en
la Parroquia de San Federico fueron el 18 de Julio de 1.971 y se regaló a todos
un libro con la misa propia de San Federico. Con el fallecimiento del
Secretario López Morales en 1.973 tras 16 años en el cargo cambia
necesariamente el rumbo y la velocidad de la vida de la Congregación pues es el
puesto fundamental para coordinar a la Junta, motivar a todos y desarrollar las
ideas que se aprueben. López Morales fué un entusiasta y an enamorado de la
Congregación y la muerte le sorprende con los sobres hechos para llamar a Junta
General, que se hacía en el mes de Junio, y para la misa de difuntos en
Noviembre. El presentia algo antes del 20 de Febrero que murió y queria que
todo se celebrara con la misma ilusión y esplendor que siempre. Le sucede como
Secretario el Vice-Secretario Sr. Fernández Montes.
En 1.974 se brinda la
idea de conectar con "personas u Organismos de la Patria de origen de
nuestro Santo Patrono" sin más detalles y se estudiará. Se pide que las
Juntas se hagan por la noche ante el alargamiento de la jornada laboral. Se
lleva a cabo en 1.976.
Baja notablemente
desde 1.972 la expresión religiosa de la Congregación y coincide con el
traslado a la Parroquia de San Federico en la Dehesa de la Villa, que entonces
carecía de coro y órgano. No hay predicadores, ni invitados ni pagados, el
párroco ó el coadjutor hacen una sentida homilia durante la misa rezada y la
asistencia decae.
El Presidente Sainz de
Robles se encarga de establecer contactos con la Congregación hermana de
Barcelona al tomar posesión de su cargo en 1.975 y tener previsto una estancia
en Barcelona, pero los resultados son escasos, salvo el caso del Sr. Cura de la
Basilica de los Santos Justo y Pastor, sede de la llustre Societat de San
Fréderic.
Desde el año 1.974 se
envía una hoja informativa a los congregantes que confecciona el Secretario Sr.
Fernández Montes con los acaecimientos sociales, culturales y profesionales más
destacados de los miembros de la Congregación. Es muy bien acogida por todos
los miembros..
Se impulsa la
colocación del medallón en la Parroquia de San Federico aprobándose el boceto
presentado por el Sr. Laorga. Ante la negativa de instalar el medallón, por
parte del Párroco, y a pesar de tener el modelo en barro, y habiendo publicado
este señor artículos en revistas apoyando a los objetores de conciencia,
intervenciones de seglares contestatarios en la misa del 18 de Julio y otras
actividades de apostolado que no encajan con el sentir religioso de la
Congregación, en la Junta ya citada del 17 de Junio de 1.977 celebrada en casa
del Presidente se decidió por unanimidad de los presentes el retorno a la antigua
sede parroquial.
Se insertan gacetillas
en los principales periódicos de tirada nacional, anunciando los actos de la
Congregación.
Cuarta época:
1.978-1.993
La principal
caracteristica de esta época es la falta de asistencia a los actos de la
Congregación y el descenso paulatino de los miembros de la misma. En todos los
actos se sugieren formulas para recuperar las pérdidas por fallecimientos y
mantener la participación que ya decrece hasta en los miembros de la Junta de
Gobierno.
A medida que
transcurre la década de los 80 esta tendencia se acrecienta apoyada en la
complicación de la vida de la capital de España, la desaparición del 18 de
Julio como Fiesta Nacional y las prisas, las distancias, iguales pero muy
alargadas por el lento tráfico rodado, la inseguridad en las calles y un
acusado sentir social cada vez más alejado de lo religioso, que hace se
oculten, se desprecien o se olviden las manifestaciones en este campo.
La vuelta a la Iglesia
de siempre, a la céntrica y conocida Parroquia del Carmen y San Luis, se hace
sin esperar a la autorización episcopal, con satisfacción de todos y con el
beneplácito del párroco de la misma D. Manuel Junta Osuna, que celebra los
cultos religiosos con recogimiento y piedad, exaltando en tan dignos actos la
figura acendrada de nuestro mártir y Obispo San Federico.
El altar, o mejor la
homacina donde permanece la imagen (que nunca se llegó a trasladar a la
Parroquia de San Federico en la calle Alcalde Rodriguez Alzaga) se llena de
flores y de candelabros encendidos en las fechas del 18 de Julio y Noviembre
facilitados por la Congregación.
Las Juntas Generales
se celebran por la mañana, a pesar de que se pide que se hagan por la tarde,
con el fin de que asistan más congregantes que los miembros de la Junta, cuya
asistencia es obligatoria (dos veces por la noche), pero no disculpa que los
actos del 18 de Julio se vayan reduciendo a una misa y a una oración frente a la
imagen de San Federico con menos de la docena de congregantes, la mayoria de
los años. Igual ocurre con los actos de difuntos del mes de Noviembre. En el
año 1.992 asisten siete congregantes y simpatizantes. No se invita a ningún
predicador desde el año 1.972 y en los años noventa no se admite la intención
de la Congregación en las misas del 18 de Julio y Noviembre. Y no es porque la Congregación
en las misas del 18 de Julio y Noviembre. Y no es porque la Secretaria no
funcione, que lo hace muy bien con el Boletin Informativo de los Federicos, ni
los constantes envios de gacetillas a los periódicos, las puntuales
convocatorias, a veces malogradas por los retrasos del Correo, e incluso, a pesar
de los cuantiosos gastos del banco depositario, el constante aumento de los
fondos económicos de la Congregación, No: es ue hoy se denosta lo religioso,
aunque sea tomado de una forma ponderada y simpática como es la actividad de
nuestra querida Congregación y habrá que esperar y combatir con la fé en la
victoria el ateismo pasota que nos invade.
La vida de estos
quince años que ya pasaron de la cuarta época de la Congregación viene
reflejada en los apuntes que siguen. Y no hay que desanimarse y hay que emplear
las mismas armas que el enemigo, más la fé inquebrantable en la protección de
nuestro maravilloso Patrono, maestro de la predicación de la fidelidad
conyugal, que hará llegar a buen puerto nuestra intrépida Congregación que va
camino de los 65 años.
Notas destacadas
En 1.979, se acuerda
reservar las misas del 18 de Julio y 18 de Noviembre para las intenciones de la
Congregación.
El Vocal Sr. Fernández
de la Puente muere en Agosto de 1.978. Muy sentida fué su muerte por la
caballerosidad y enorme simpatia de este gran amigo de la Congregación que fué
un animador de todas las reuniones y actos varios en que participó con sus
juegos de manos, como hábil prestigitador que era, y sus chistes.
En 1.980 se
confecciona un diploma o pergamino para todos los socios fundadores
supervivientes al cumplirse los 50 años de la Congregación. En un solemne acto
se les hizo entrega a los Sres. Beigdeber Atienza; Fernández Heredia y Pozo;
Pérez y Fernández-Chicarro, Santiago Hodsson y Larrarte Martinez, únicos que
poseían tales condiciones en tal fecha, ó sea, cinco congregantes que quedaban
con vida de los 83 iniciales al fundarse la Congregación.
Congregante después de
muerto:
Un titulo que por sí
solo es noticia y mueve a la curiosidad. D. Federico Quintero Carballo, era
marino mercante y enterado de la existencia de la Congregación de Madrid, donde
vivia su hermana, esperó unos años, ya que su trabajo no le permitía una
residencia fija, salvo los periodos de vacaciones. Enfermó y con 51 años murió
en 1.982. Pero su hermana cumplió con una voluntad suya y donaba una apreciable
cantidad de dinero para ser congregante y para culto de San Federico (1.982).
Se distribuye el texto
de la Conferencia "Los Fadriques nuestros abuelos" que en 1.958 el
Sr. Romero Saráchaga, Presidente a la sazón de la Congregación pronunció en
Madrid durante la breve vida de la "Peña de los Federicos".
Algunas señoras viudas
de Federicos congregantes han seguido contribuyendo y han pedido la admisión
como recuerdo de sus queridos esposos, cuestión ésta aprobada en Junta con
carácter excepcional y por primera vez a favor de la viuda de García Sanchiz.
Otras congregantes, han sido D" Teresa Pérez Camarero, viuda de Martinez
Greciano, y la hija de Fernández Palomo.
En 1.983 se actualiza
el Catálogo de los miembros de la Congregación y se sube la cuota a 500
Ptas./año.
Los actos de difuntos
que la Congregación celebra en el mes de Noviembre a partir del año 1.984 se
realizan no sólo por los congregantes fallecidos en el año, sino por todos los
Federicos y Federicas fallecidos ese año en territorio español.
Llega a conocimiento
de la Junta la existencia de una asociación de Federicos en Burgos de la que se
ocupa Federico Santamaría amigo de Trillo-Figueroa Vázquez.
Se acuerda que la
Reliquia del Santo que fué recogida de la Nunciatura en 1.959 por Pérez
Fernández-Chicarro, que la custodió hasta 1.986, esté en casa de otros
congregantes durante algún tiempo, pasando a la tutela de Federico Ruiperez en
1.986 y actualmente en depósito de Tejedor González-Dávila.
Se propone que en lo
posible se invite a los actos a Federicos no congregantes, para que la conozcan
y así estimular a que se hagan miembros de la Congregación.
Ya en 1.988 se celebra
la Junta General Ordinaria por la noche y se utiliza la Gran Peña para celebrar
posteriormente una cena de hermandad a la que asisten 17 congregantes con la
satisfacción de los presentes.
Los actos eucaristicos
en la década de los noventa y coincidiendo con la llegada al arziprestazgo del
nuevo Parroco del Carmen y San Luis, y bajo el punto de vista de la
Congregación no pueden ser más penosos. El Párroco no quiere admitir una
limosna para que las misas de las 20 h. del dia 18 de Julio y del 18 de
Noviembre se apliquen por las intenciones de la Congregación insistiendo en que
se fué de la Parroquia en 1.971, y si en cambio, en el momento recuerda a una
piadosa señora, que tiene pagadas mismas por décadas, a las 20 h. los días 18
de todos los meses del año. Se trabaja en varias ocasiones para resolver las
dificultades presentadas y se comienzan las gestiones para el regreso canónico
de la Congregación de la Parroquia del Carmen y San Luis.
Pero no todas son
situaciones negativas y en los últimos años en la festividad de San Federico
posiblemente no haya templo en Madrid más iluminado y más profusamente adornado
con centenares de flores, por celebrar la Parroquia dos días antes la festividad
de Nuestra Señora del Carmen, bajo cuya colaboración se encuentra.
Gracias a numerosas
gestiones personales del Secretario Fernández Montes se ha iscrito a la
Congregación en el Registro de Entidades Religiosas del Ministerio de Justicia
después de las correspondientes gestiones en el Arzobispado de Madrid y en la
Conferencia Episcopal española. Esto ha dado lugar a que se plantee la
confección de unos nuevos Estatutos, que se han aprobado en 16 de Junio de
1.992. con ello se ha obtenido el número de Identificación Fiscal de la
Hacienda Pública para efectuar todos los movimientos económicos y financieros
que la Congregación realiza con asiduidad (recibir fondos, donaciones, expedir
recibos de cuotas, etc...) y tener cuentas de crédito y depósito de dinero en
cualquier entidad bancaria.
Con la entrada en el
nuevo siglo, continúa la hermandad de los congregantes y el culto a nuestro
Santo Patrono, con la dirección del Parroco del la Iglesia del Carmen, Rvdo. D.
Roberto López Montero, y adaptados a las nuevas exigencias electrónicas
y de redes sociales en Twitter e Instagram.